Os sonará de algún que otro sitio, Blockchain. El nombre tiene hasta cierto gancho comercial pero, ¿de qué trata?
Actualmente las personas gastamos ingentes cantidades de tiempo en producir, gestionar y almacenar información firmada, certificada o validada. Sin duda algo por lo que destaca el común de los mortales es por cometer algún error en ocasiones. Imaginaros entonces los problemas que pueden surgir de algo que se hace cada día, hora y segundo de forma constante.
Propongamos ahora un sistema orientado a nuestros “infalibles” compañeros computerizados. Suena bien, pero entonces, deberíamos tener en cuenta el problema de la ciberseguridad. Precisamente en esto es donde nuestro sonado término tiene una respuesta.
Para explicaros por qué la arquitectura de la Blockchain es en sí misma una estructura autoprotegida vamos a analizar su forma y funcionamiento. La cadena se compone por múltiples bloques (los eslabones) los cuales contienen tres tipos de dato:
- La información que queremos asegurar.
- El Hash, o número de identificación único para el bloque.
- El Hash del bloque inmediatamente anterior en la cadena.
El Hash del bloque se genera de forma automática según la información que exista dentro del mismo. Por tanto, en caso de una modificación el identificador no sería idéntico y el bloque no coincidirá con el siguiente (recordemos que el siguiente bloque guarda el Hash del anterior), de esta forma evitamos una posible malversación del contenido.
Si aún pensáis que la estructura de la cadena no es lo suficientemente robusta, tranquilos; Blockchain guarda otro as en la manga. El modelo de la cadena al completo es compartido con todos los usuarios de la misma, lo que se traduce en un gran número de testigos y certificadores de la validez de los datos. Si la cadena fuera modificada por algún usuario, al compararse con todas las demás la diferente es descartada y anulada.
¿Y de dónde surgen estos usuarios? Pueden decidir simplemente utilizar el sistema como método de validación y certificación o pueden crear nuevos bloques para la cadena. . La creación y agregación de un nuevo bloque exige cierta capacidad de computación para resolver los problemas matemáticos que conlleva la operación. Es en este caso dónde aparece el término “minero”, usuarios que reciben una recompensa económica por resolver dichas operaciones. Una vez generado y agregado el bloque es verificado por el resto de la comunidad de forma descentralizada.
En conclusión, Blockchain es el nombre para un sistema revolucionario que nos ofrece equidad y transparencia. ¿Alguna idea sobre cómo utilizarla en algún proyecto? No dudes en contactarnos.